La luz define volúmenes, marca ritmos y transforma la percepción del espacio. No se trata solo de llenar de luz, sino de diseñar atmósferas donde la arquitectura respira y cada detalle cobra sentido.

Observo cómo la luz natural habita el espacio, elijo los puntos a destacar y diseño un sistema lumínico que fluya con la arquitectura. Prefiero las luces indirectas y los contrastes con sombras que den profundidad. Elijo temperaturas de color que acompañen el ritmo natural del día o el uso del espacio.